La intolerancia a la lactosa es la incapacidad de digerir un
azúcar llamado lactosa que se encuentra en la leche y los productos
lácteos. Como resultado, quienes lo padecen presentan
diarrea, gases e hinchazón después de comer o beber productos con ese contenido.
Esta afección, que también se llama absorción insuficiente de la lactosa, suele
ser inofensiva, pero sus síntomas pueden ser muy incómodos.
Por lo general esto se debe a la
deficiencia de lactasa, una enzima que se produce en el intestino delgado.
Muchas personas tienen niveles bajos de esta sustancia, pero pueden digerir los
productos lácteos sin problemas. Si realmente tiene intolerancia, la
deficiencia de lactasa genera síntomas después de consumir estos alimentos.
Normalmente, la lactosa puede ser fácilmente controlada,
todos somos diferentes, pero muchas personas con este problema pueden comer
pequeñas porciones de lácteos. Una de las opciones es consumir productos de
este tipo combinándolos con otros alimentos que no contengan lactosa y no comer
muchos de una sola vez. También puede ser de ayuda llevar un diario de
alimentación para poder determinar qué comidas puede tolerar o no el organismo,
explicó la nutricionista Melania Cevo
de Consultas Nutrición
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