Cuando al fotógrafo Carlos Zegarra Restani le preguntan por qué toma fotografías, siempre responde que lo hace porque puede y le gusta.
Sus fotografías, especialmente de desnudos y retratos, retratan parte del alma de quien posa, y dan cuenta de una confianza y complicidad que pocas veces se logra entre el artista y su modelo. No importa si llevan poco de conocerse o si son amigos de toda una vida, el resultado casi siempre resulta en una imagen con ánima, que se siente viva, que evidencia la buena energía que rodea a la escena y el juego presente en el buen arte, en cualquiera de sus manifestaciones, tan natural como difícil de lograr.
El resultado de 20 años de diversión se plasmará en un nuevo libro de lujo con 248 páginas de tamaño 11.5 x 11.5 pulgadas, impreso en papel couché mate y con pasta suave, que contendrá más de 230 fotografías tomadas desde 1998 y hasta el 2019.
Esta publicación se diferencia de otros libros de fotografía que se han producido en el país en que no contiene imágenes de flora, fauna o paisajes, temas usuales en la fotografía costarricense. Entre ellas hay fotografías digitales, tomadas con película, en blanco y negro, a color, y hasta con celular, retratos de artistas y no artistas, desnudos e incluso un poco de arquitectura.
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