Las facilidades comunicativas con las que contamos actualmente, permiten que usuarios sin distinción alguna, puedan realizar escritos en perfiles de redes sociales; o bien, generar contenidos para alguna página web. Debido a que no existe un corrector ortográfico en la mayoría de estas plataformas o que estas personas no tienen un conocimiento más claro sobre algunas normas del lenguaje, estos contenidos suelen registrar diversos errores ortográficos, ya sea por ausencia o exceso de estos.
Para Babelia (2001) “El lenguaje nos ayuda a capturar el mundo, y cuanto menos lenguaje tengamos, menos mundo capturamos. O más deficientemente. Una mayor capacidad expresiva supone una mayor capacidad de comprensión de las cosas”. Otros autores consideran que la escritura es la carta de presentación de una persona; es por esto, que a continuación le brindaremos algunas recomendaciones que le ayudarán a mejorar poco a poco sus publicaciones digitales.
Conocimiento de las normas de sintaxis y ortografía. La correcta aplicación de estas reglas permite transmitir un mensaje más claro y eficaz; además, de promover inconscientemente el uso correcto de la lengua española entre las audiencias que consuman ese contenido.
- Leer. La lectura constante enseña al cerebro sobre la manera de escribir y de reglas ocultas. Además, permite que se vaya generando un estilo propio de redacción.
- Escribir con mayor frecuencia. La práctica constante es vital para mejorar; aquí se aplica perfectamente la frase popular: “la práctica hace al maestro”.
- Investigar. Informarse sobre otros puntos de vistas sobre el tema a redactar o de datos desconocidos, permitirá dar contexto a la redacción; además de responder todas las posibles preguntas que pueda hacerse el lector.
- Ideas claras. Permiten transmitir el mensaje sin redundancias, haciendo más eficaz la comprensión del tema tratado.
- Lenguaje sencillo. Aplicar palabras conocidas provocan un rápido entendimiento sin mayor complicación. Esto puede variar dependiendo del tipo de contenidos que se desee producir; pero de igual manera siempre es bueno aclarar el concepto de una palabra compleja o poco conocida.
- Rompe bloques de textos extensos. Utilizar subtítulos dentro del contenido, permite desarrollar en cada apartado una idea en concreto. Esta práctica permite refrescar la vista de los lectores; además, de convertirla en más atractiva.
- Equilibrio entre texto e imágenes. Mantener una equidad entre la información presentada en prosa y en imágenes (infografías) permite que el lector no sienta cansada la información que consume. Aquí es importante que el autor valore cuál de las dos (texto o imágenes) debe poseer más relevancia dentro del contenido.
- Conocer a la audiencia. Saber los gustos de los públicos que consumirán la información es relevante ya que estos se adaptarán con mayor facilidad a sus realidades diarias.
- Revisa, lee en voz alta y corrige. Antes de realizar la publicación es importante hacer una última lectura para corregir errores o conceptos incompletos o pocos claros; esta lectura tiene que hacerse como lector y no como autor. Una de las ventajas que ofrecen las publicaciones digitales es la modificación “online” sin tener que eliminar la publicación.
Recuerda:
“El idioma es nuestro patrimonio común más consistente”.
Fernando Lázaro Carreter (1923 – 2004)
Diana Vásquez Zúñiga
Estudiante de Periodismo
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