-Exceso de información desencadena problemas en la salud.
-Jóvenes universitarios no saben que son víctimas de la infoxicación.
La llegada de la era digital ha permitido que millones y millones de personas tengan acceso a la información cada vez que lo desee, pero con el paso del tiempo, billones de documentos físicos han sido digitalizados provocando en conjunto a toda aquella producción digital de documentos, un exceso de información en las distintas plataformas con acceso a internet.
La sobrecarga de información en una persona provoca que la misma se sienta “infoxicada”. Este término creado por Alfons Cornella describe la dificultad para procesar la gran cantidad de datos a los que está expuesto hoy el ser humano. Es importante destacar que el concepto se relaciona más con el manejo de la información que con la cantidad que se produce.
La más grande plataforma de búsqueda de información, Google, tuvo que crear desde hace un par de años atrás nuevos métodos para facilitar a los internautas el acceso a datos buscados, para esto crearon los populares “filtros” y si se desea algo más específico, se puede encontrar con el uso de Google “Advanced Search”. Sin embargo, la recepción excesiva de datos en tan poco tiempo ha desencadenado problemas en la salud según han informado medios internacionales en estos últimos años.
Y surge la duda: ¿Cómo puede ser la información poder si no somos capaces de procesarla? Actualmente para muchos jóvenes, lograr identificar si una información es veraz o no, suele ser un tanto complicado, puesto que las noticias falsas se presentan con tal estructura que invitan a creer que sí se proviene de alguna fuente confiable.
“La información no tiene poder y no va a existir si hoy en día no se sabe ocupar, entonces, desde ese punto de vista se concluye que el nivel de búsqueda de calidad de información es bastante complicado, debido a que existe demasiada para analizar en tan poco tiempo.” Alegó la socióloga Cristina Martín Sáez.
Paul Reber, profesor de psicología en la Universidad Northwestern, respondió a una curiosa pregunta planteada por Scientific American – ¿Cuál es la máxima Capacidad de Memoria del Cerebro Humano?, su respuesta fue: “El cerebro humano está formado por unos mil millones de neuronas, cada neurona forma alrededor de 1.000 conexiones con otras neuronas, que ascienden a más de un billón de conexiones… Si cada neurona sólo puede ayudar a almacenar un solo recuerdo, la falta de espacio sería un problema... podríamos tener sólo unos cuantos gigabytes de espacio de almacenamiento, similar al espacio en un iPod o una unidad flash USB.
Sin embargo, las neuronas se combinan para que cada una pueda procesar muchos recuerdos a la vez, aumentando de manera exponencial la capacidad de memorizar del cerebro, pudiendo llegar a almacenar una cifra cercana a 2,5 petabytes (o un millón de gigabytes) … Como ejemplo físico de nuestra alta capacidad de almacenamiento, si nuestro cerebro funcionara como un grabador de vídeo, 2,5 petabytes serían suficientes para grabar o visualizar tres millones de horas de programas de televisión … o lo que es lo mismo, podríamos dejar nuestro televisor (o cerebro) en funcionamiento continuo durante más de 300 años para agotar toda su capacidad de almacenamiento.” Manifestó Paul Reber
Rodolfo Mendoza Llanos, Magíster en Psicología Social manifestó que “la naturaleza de la información hoy en día hace que sea imposible no acceder a ella y, por lo tanto, de alguna manera contradictoriamente estamos desinformados. Entonces, ¿qué podría generar en las personas? Para empezar, estrés porque existiría un apremio por tratar de estar conectados y tratar de responder a la velocidad de la información o a la velocidad con la que ésta se genera.”
¿Puede causar la infoxicación problemas en la salud?
Aunque para algunos esto parezca algo tonto, la infoxicación sí puede causar problemas en la salud y dependiendo del nivel en que se encuentre, así mismo serán los síntomas que se puedan presentar en la persona.
Para grandes expertos en la materia, es considerada como la enfermedad de la sociedad digital de principios del siglo XXI. Causando entre las principales consecuencias el dolor de estómago, pérdida de visión, problemas de atención y concentración, dificultad para el análisis y la toma de decisiones, búsqueda constante de más información, ansiedad, estrés y trastornos del sueño.
La ansiedad como se ha indicado anteriormente es una de las principales, algo que se ha denominado técnicamente como “information fatigue síndrome”. Este término ya fue acuñado en 1996 por el psicólogo británico David Lewis.
Pero… ¿qué opinan los jóvenes al respecto? Para responder esta pregunta se realizó una encuesta a 35 jóvenes con edades entre 19 y 24 años en la Gran Área Metropolitana (GAM), arrojando interesantes resultados, que se aprecian en la gráfica.
Resultado
de encuesta a 35 jóvenes universitarios de la Gran Área
Metropolitana (GAM).
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Es decir, que poco más del 50% de las personas, sí son conscientes de que la infoxicación puede causar problemas en la salud, pero no lograron identificar cuáles son los males que el mismo provoca. A su vez, se pudo conocer que 30 de 35 personas sí se han sentido alguna vez agobiado por el exceso de información, siendo los medios digitales la plataforma principal en donde se percibe el mismo.
Pero, si gran parte de la población joven se siente víctima del exceso de información, ¿qué será del futuro? “El tema está en cómo enseñar a los niños a discriminar qué es información relevante y qué es información de calidad, porque hoy en día cualquiera puede escribir en internet algo, y eso puede ser su opinión, siendo una información no necesariamente relevante, podría ser desinformación, incluso.” Expresó Mendoza.
Según Alfons Cornellá, “El problema y su solución comparten el mismo origen: la red. Internet nos satura de información pero al mismo tiempo nos proporciona las herramientas para no morir “infoxicados”. El punto crítico está en comunicar más eficientemente.”
Aprender a utilizar los buscadores, realizando búsquedas avanzadas para eliminar el ruido y conseguir unos resultados más pertinentes a nuestras necesidades de información; priorizar aquel contenido crítico que nos ayudará a conseguir nuestros objetivos inmediatos y relegar aquel que nos puede ser útil más tarde; utilizar herramientas que agilicen nuestra consulta de información, al permitirnos seguir de forma centralizada los contenidos de varias páginas web sin tener que entrar en cada una de ellas (Feedly, Flipboard, Google Currents…), utilizar las listas de Twitter y Facebook para agrupar determinados perfiles…. Estas son solo algunas de las cosas que podemos hacer fácilmente con herramientas y aplicaciones disponibles en la red. Nos permiten organizar el tiempo que estamos conectados, mejorando nuestra productividad y haciendo que nuestra experiencia sea más satisfactoria. Y nos alejan de la angustia que provoca la “infoxicación”. Informados sí, pero no saturados.
¿Qué pasará con los periodistas?
"Las noticias nos rodean, en casi todas partes, en todo momento. Tratar de venderlo es como tratar de vender oxígeno o tierra, ya tenemos más de lo que podríamos desear". escribió Mathew Ingram para GigaOM. Y es cierto, es por esto que nuevas formas de redacción y estructuración están siendo tendencia, pues… ¿quién querrá leer 5 hojas de noticias, cuando no posee el tiempo para hacerlo y mucho menos para procesarlo?
Si bien es cierto que las normas del periodismo se están reescribiendo, también es cierto que el olfato tradicional es el que permite que una noticia logre tener más éxito sobre otra, debido a que, al aplicar un dominio del lenguaje eficiente, deja como resultado un mejor desarrollo de la historia. La incorporación de nuevos profesionales como “infógrafos” son estrategias claves para lograr expresar con mayor claridad y eficacia.
Actualmente el periodista tiene que ser un corresponsal de los datos incisivo, si es que quiere seguir ejerciendo su tradicional labor de descifrador de la actualidad. Tanto si trabaja en periodismo económico, social o político, su objetivo seguirá siendo contar historias exclusivas que aporten un valor añadido y que arrojen luz sobre una problemática concreta, ya sea el aumento de hospitalizaciones derivadas de la polución en una ciudad, la distribución de la renta en un territorio o la participación de menores de edad en procesos judiciales; por mencionar solo algunos ejemplos.
Diana Vásquez Zúñiga
Estudiante de Periodismo
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